México
- Nómadas a Pedal
- 4 feb 2019
- 8 Min. de lectura

México es un país que tiene de todo, si estas pensando en visitarlo seguí leyendo ….por
suerte lo hemos recorrido bastante.
Cancún es una ciudad bastante joven y la mayoría de la población es gente de distintos lugares de México que se ha trasladado hasta allí para vivir en “el paraíso”. Su aeropuerto es uno de los más baratos del mundo debido a la gran cantidad de aerolíneas low cost que pasan por ahí y al elevado número de vuelos que tiene a diario. Está un poco retirado de la ciudad, pero hay transporte público.
La ciudad es enorme. Si no tenés como moverte es algo engorrosa y lo mejor es quedarte en alguno de los hoteles de la llamada Zona Hotelera. Allí encontrarás de todo: supermercados, tiendas de regalos y artículos de playa, discotecas, bares y restaurantes de todo tipo sin necesidad de ir hasta el centro. Prepara la billetera porque los precios en esta zona son muy altos.
Para encontrar hostels económicos y mezclarte un poco con la gente local lo ideal es el centro de la ciudad. La Plaza de los Papalotes es un excelente lugar para ir por unos tacos cuando cae la noche. Vas a encontrar miles de propuestas con distintas excursiones, pero la más ofrecida y solicitada es la visita a Chechen-Itzá. El tour suele incluir el transporte, la entrada a la Ciudadela donde está la pirámide, el acceso a un cenote (ya hablaremos de ellos), la visita a la ciudad de Valladolid y un almuerzo buffet con comida local. Nosotros optamos por este paseo y la verdad que fue espectacular.
La mejor playa es Delfines ya que no tiene ningún gran edificio que le tape el sol. El color del agua es de los más bonitos que vimos. Hay colectivos que salen desde el centro y recorren la Zona hotelera de punta a punta.
Holbox, al norte de Cancún, e Isla Mujeres son dos lugares de los que nos dieron muy buenas referencias, pero se escapaban de nuestro presupuesto.
Para ir a la isla lo más económico es tomar un ferry desde Puerto Juárez.
Dejando lugares sin descubrir en cada país tenemos el motivo ideal para volver cuanto antes:)
La ciudad de Playa del Carmen es más pequeña, pero igualmente completa. Si bien en los últimos años ha crecido muchísimo y se extiende varios kilómetros en perpendicular al mar, la zona céntrica se ha desarrollado en torno a sus playas. Las calles paralelas al mar se contabilizan de cinco en cinco, siendo la 5ta avenida, peatonal en casi toda su extensión, la más importante del lugar. Las perpendiculares van de dos en dos.
La oferta gastronómica, hotelera y de vida nocturna es sumamente amplia, en un ambiente menos caótico que Cancún.
Playacar es la zona de playa que más nos gustó. Está situada al sur de la ciudad, pero a una distancia accesible a pie. El barrio que lleva ese nombre alberga a las casas más lujosas de la ciudad y hoteles “All Inclusive” estilo Cancún. La entrada no está restringida por lo que podés pasear por sus calles de camino a la playa. El parasailing y salto en paracaídas son realizados frecuentemente.
Cozumel es otra isla muy concurrida, situada justo en frente de Playa del Carmen. De hecho, se puede ver desde la costa. Hay ferrys a toda hora, aunque lo mejor es ir temprano.
La península de Yucatán cuenta con un gran número de cenotes y en la Riviera Maya encontrarás muchos. Hay algunos muy caros, donde se puede bucear y otros más accesibles. Una buena opción puede ser un tour por tres o cuatro de ellos. Eso sí, aseguráte de que visiten los tres tipos distintos.
A esta altura te estarás preguntando qué es un cenote. La palabra viene del vocablo maya y significa pozo o abismo. Es precisamente un pozo, que luego se llenó de agua, generalmente muy cristalina, permitiendo ver el fondo con claridad, sin importar la profundidad. Puede haberlos abiertos, semi cerrados o cerrados. Estos últimos son en cavernas y muchas veces se conectan con otros a través de túneles subterráneos.
Para los mayas eran lugares sagrados y al bañarse allí se purificaba el cuerpo y el alma.
El cenote Dos Palmas está situado entre Playa del Carmen y Tulum. El costo de la entrada es bajo y nosotros negociamos para que nos dejaran acampar. Es un cenote semi cerrado muy interesante de visitar.
Si continuas por ese camino está el cenote Dos Ojos. Ese es cerrado y se puede alquilar equipo de buceo y recorrer algunos túneles, con el precio mucho más elevado.
Si bien Tulum es todavía más pequeño que Playa del Carmen, su distribución se parece a Cancún y vas a necesitar un medio de transporte. El centro y la zona hotelera están a unos siete kilómetros entre sí. Aquí también hay una gran diferencia de precio entre ambos lugares, siendo el centro notablemente más barato. En este caso los hoteles de la zona de playa son mucho más amables con el medio ambiente y en vez de grandes edificios vas a encontrar hermosas posadas que conviven en sintonía con la naturaleza.
En el norte, donde comienza la playa, están las Ruinas de Tulum. La entrada es bastante accesible y el marco que les da el mar hace de éstas una de las más atractivas.
Las playas de Tulum se caracterizan por sus arenas blancas y son las playas más concurridas por los visitantes que llegan a México. Este no es un dato menor si no sos amante de las aglomeraciones
Nosotros optamos por ir a pasar el día desde Playa del Carmen. Hay minibuses que salen a toda hora.

Al sur de Tulum se encuentra la Reserva de la Biosfera Sian Ka´an. Una vez que pagues el ingreso tendrás que recorrer bastante por una calle de tierra hasta encontrar alguna bajada al mar, por lo que es necesario disponer de un vehículo. En nuestro caso estábamos con las bicicletas y aun así se hizo bastante largo. El esfuerzo fue muy bien recompensado porque encontramos una playa sumamente amplia y despoblada con un “bosque” de palmeras enmarcándola. Al no ser un lugar de fácil acceso la gente brilla por su ausencia. En el centro de Tulum se pueden alquilar bicicletas. Si estás viajando con mochila podés dejar gran parte de tu equipaje en el hostel e irte con lo puesto a pasar uno o dos días a la Reserva. Acampar allí fue otra de las grandes experiencias y definitivamente te la recomendamos.
Para continuar viaje es necesario volver a la entrada y retomar la ruta. En nuestro caso seguimos rumbo a Bacalar, uno de los Pueblos Mágicos que tiene este hermoso país, para visitar su laguna. Sin dudas acampar frente a ella es la opción más recomendada, aunque el pequeño pueblo ofrece también bastantes posibilidades. La variedad de colores que tiene el agua es muy similar a la del mismísimo mar Caribe, dejándote perplejo tanta belleza.
Mahahual esta en pleno desarrollo y es otro de los lugares pendientes del que solo hemos escuchado buenas referencias.
A mitad de camino entre Palenque y sus Ruinas hay una pequeña zona selvática con algunas cabañas llamada El Panchán. Agreste, muy primitivo, rodeado de mucha vegetación, a nosotros nos gustó mucho más que la ciudad de Palenque.
Las Ruinas son muy grandes y sus edificios están casi intactos, se ve un mundo maya poderoso. A nuestro parecer fueron las mejores que visitamos. El calor es agobiante, así que no olvides ponerte protector, un gorro y llevar para tomar mucha agua.

Las cascadas de Misol-Ha y Agua Azul, de imponente belleza, se encuentran muy cerca de Palenque. Podes hacer un tour que te lleve a ambas y luego te deje en un hermoso pueblo: San Cristóbal de las Casas. También se puede hacer en sentido opuesto y pedir que te dejen en El Panchán en lugar de Palenque.
Las cascadas son muy lindas y ambas cuentan con zonas habilitadas para bañarte. Si vas por tu cuenta podés tener más libertad, pero hace bien los cálculos porque quizás te salga más caro que el tour.
San Cristóbal es una hermosa ciudad colonial con calles sumamente pintorescas, que se presta para recorrerla una y otra vez, plazuelas, casas bajas con techos de tejas rojas, con patios llenos de flores y con sus tradicionales iglesias.
A dos kilómetros y medio del centro se encuentra un Orquideario, muy recomendable para los amantes de las plantas.

En sus alrededores hay muchísimos sitios de interés. Navegando por el Cañón del Sumidero te vas a topar con cocodrilos, monos, infinidad de garzas y muchísimas otras aves. En Las Cascadas del Chiflón te podés bañar mientras que, en las Lagunas de Montebello, muy cerca de la frontera con Guatemala, podés pasear en balsa. Estas dos últimas suelen incluirse en el mismo tour.
Una de las frases que más escuchamos sobre Oaxaca fue: “La comida de ahí es lo mejor”. Y sí, es verdad que se come muy bien. En Zaachila, a unos 10 km al sur, preparan un cabrito para chuparse los dedos y las nieves son deliciosas. En el centro de la ciudad entrar al Mercado y decidirte por una tlayuda o un pollo con mole no va a ser sencillo, y aunque ya hayas comido vas a querer probar un poco de quesillo y para los más valientes están los chapulines, crujientes saltamontes. Un buen café, una copita de mezcal y chocolate con agua nunca faltan a la hora de la sobremesa.
Efectivamente fue donde mejor comimos, pero sería injusto solo reconocerla por su excelente gastronomía. El complejo Hierve el Agua nos dejó boquiabiertos con sus espectaculares ojos de agua en medio de la montaña desde donde se pueden ver las Cascadas petrificadas de fondo. La arquitectura y su gente son otros de los puntos altos de esta bella ciudad. Las ruinas de Monte Alban son un atractivo al que no pudimos llegar.
El Pacífico se caracteriza por su gran oleaje y en Puerto Escondido lo aprovechan bien. Encontrar una escuela de surf o alquilar una tabla es sumamente sencillo en la zona de Zicatela. Por la noche el punto de reunión se desplaza hacia afuera del mar, a los distintos bares ubicados frente a la playa.
En el centro “Casa Losodeli” sobresale ante los demás hospedajes. Una cocina bien equipada, una piscina rodeada de verdes, la cordialidad de su gente al atender, dos árboles de mango y sombreros para protegerte al ir a la playa son algunos de los excelentes servicios que brinda esta magnífica posada. A pocos metros se encuentra la playa Carrizalillo y a unos tres kilómetros Baccocho, donde, según la época del año, vas a poder participar de la liberación de pequeñas tortugas.
Cerca de Puerto Escondido está el poblado costero de Mazunte-llamado así por el pequeño cangrejo que pululaba en sus playas- ideal para disfrutar de los atardeceres viendo una magnifica puesta de sol. Es también un estupendo lugar para pasar una o dos noches frente al mar a muy bajo precio. Las construcciones en madera se asemejan mucho a Barú, en Colombia.
La Ciudad de México (CDMX) es enorme, pero está perfectamente interconectada por el Metro. Hay una línea que llega hasta el aeropuerto así que no vas a tener problemas a la hora de moverte. Los buses de línea también son otra opción. Nosotros tomamos uno para ir a las Ruinas de Teotihuacan, paseo que te lleva todo un día recorrer y resultó otra sorprendente zona arqueológica digna de visitar. En pleno centro el Palacio de Bellas Artes, la zona del Zócalo y el complejo Alameda sumado a las innumerables plazas son para destacar.
Xochimilco y sus barcazas se suman a la lista de Holbox, Isla mujeres, Cozumel, Mahahual y Monte Alban, lugares recomendados que no alcanzamos a ir.
... Y eso que fueron tres meses. Como verás es un país con muchísimas opciones para conocer y disfrutar porque a pesar de todo lo que recorrimos nos faltó la zona del Golfo, Monterrey, Guadalajara, San Luis Potosí y Baja California entre otros. ¿Cuáles conoces de las que nos faltaron y le recomendás al lector? Ayudanos a referenciar lo máximo posible de este gigantesco, hermoso y diverso país.
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